De la oficina... la opinión de un presidente.

De la oficina... Son las tres de la tarde, me encuentro en la puerta de una oficina pública, dos empleados están en la vereda fumando, estirando el cigarrillo, parece que fumaran habanos, por el tiempo que demoran en fumarlos. Acomodo todos los papeles antes de entrar, porque sé que una vez dentro debo presentar todo en orden, de lo contario perdería toda la tarde . Es tanto el papeleo que me agobia. Ya dentro, oigo el bostezo del empleado apostado a mi derecha, mientras mira su reloj. Otro mira fijamente su computadora, no sé si trabaja o chatea, pero al menos parece trabajar. Otros dos yacen desparramados sobre sus sillas, mientras los del fondo teclean, se levantan sellan, acomodan, y demuestran trabajar arduamente. Realizo mis trámites y me encamino a pagar. El cajero me mira y me dice: “siguiente… ah, le falta el sello señora, ¿no se dio cuenta? Tomo los papeles, hago el trámite y me voy. Deseo escapar de ese lugar. Las caras mustias de los otros clientes, dicen...