Censura en La Cocina...

Repercusiones del Atlantidoc


LA COCINA
Willy Villalobos

El Príncipe:  Gustavo Pena.

Viernes 4 de diciembre pasadas las 20.30 horas, Cine Atlántida, sala uno. Estábamos mi hija y yo apostadas en nuestras butacas esperando ansiosamente el documental de Willy Villalobos: "La cocina". Pensando que nos esperaban 95 minutos de una historia de un personaje único, pero entra por la puerta de la pequeña sala de proyección, Ricardo Casas, unos de los responsables de organizar el Festival de Cine ATLANTIDOC, con su mochila en la espalda y un papel doblado en sus manos. Cruza la sala, se para bajo una de las luces, despliega el documento y nos mira;  los lentes en una mano y el papel en la otra y dice: tengo que darles una mala noticia. Willy Villalobos, con su botella de agua en la mano lo flanqueaba como aguardando el desenlace cuando ya se conoce el final: con resignación.
Al terminar de leernos la carta Ricardo Casas expresa con cara de asombro: "en treinta años de organizar festivales, esta es la primera vez que nos sucede algo así, que un largometraje en concurso no pueda ser exhibido".
La carta provenía de Agadu (agrupación de autores del Uruguay), más exactamente de su departamento jurídico, redactaba que la única heredera de Gustavo Pena (el Príncipe), había iniciado trámites legales para impedir la difusión de las imágenes y la voz de su padre en el documental "La cocina" de Willy Villalobos, por considerar que su padre se encontraba disminuido psíquica y físicamente.
Este largometraje , según nos explicó el mismo director fue filmado enteramente en el último tiempo de vida del músico, hace unos cinco años atrás, y muchas escenas fueron en el hospital, siendo ellos, Willy y el camarógrafo, sus amigos, y por momentos, acompañantes del enfermo en la sala. Lo que mostraba a las  claras que él confiaba en ellos  y  les hablaba de frente a cámaras, confirmando así entereza psicológica, y su deseo de conservar su pensamiento y de que se difundiera lo que quería dejar. En cuanto a su figura física, los que conocieron la vida y obra del Príncipe, seguramente saben que a él no le importaría mucho ese aspecto.Pero parece que a su hija si.

El Príncipe, Gustavo Pena (1955-2004),  un músico y compositor uruguayo, con ideas tan revolucionarias y creativas como lo fue su propia vida, bohemia y loca, pero centrada en la música y la composición que era su pasión, en realidad:  una verdadera joya de la música uruguaya, poco reconocido en vida.

El documental "La cocina", según contó su director,  es un largometraje en el cual Gustavo tiene el protagonismo exclusivo, donde muestra su pensamiento "de caracol"  y cuenta de sus peripecias de vida y muestra otra visión de su obra, directamente a cámaras. Los que pudieron verlo, en Buenos Aires,  pueden darles una mejor visión, de primera mano, pueden leer en La otra, la nota al respecto.
Pero yo, como otras personas en sala, nos quedamos con el deseo y el gusto agrio  de no poder disfrutar de un film, que no pudo ser exhibido por la censura de alguien que se cree con derechos legales para  impedir que la figura de quien le dio la vida, no sea difundida. No sé cual es el objetivo de la hija del Príncipe,si es un fin económico o de discordancia de filosofía de vida, pero a mi entender este largometraje podría incrementar las ventas de discos de las cuales ella es la total beneficiaria, y mostrar la gente el pensamiento y el sentir  de este artista,  tan poco reconocido en vida.

Pero más allá de todo ello, el film "La cocina" es propiedad intelectual del Willy Villalobos, a quien todo creador debe apoyar, todo espectador, todo ciudadano y todo artista, pues defender nuestras creaciones artísticas y el derecho a difundir esas obras que son como hijos, y por las que tanto hemos trabajo, es un derecho y un deber por el arte mismo.

Observé todo desde el fondo de la pequeña sala, y decidí no hablar con Willy porque estoy escribiendo notas desde afuera de la escena, sin intervenir, quiero tener mi visión, y poder transmitírselas,así como un cazador sin contacto directo con la presa, pero les puedo decir que me quedó un dejo de amargura en la garganta y  mucha bronca en la sangre. Lo cierto es que me fui triste, caminando al lado de mi hija, y pensaba si ella sería capaz de contradecir mi pensamiento y arruinar mi obra cuando yo ya no esté. La miré varias veces y me dije, -no,  es imposible, la conozco demasiado, además espero que falte mucho tiempo para eso, y esta puede ser una advertencia.

 Hoy como artista, lo único que pido , que una vez muerta, mis hijos respeten todo lo que haya hecho en vida y lo dejen tal cual lo hice, les guste o no; como espectadora que pueda sentarme pronto a ver La Cocina en una sala de cine, y como ciudadana, que se haga justicia.

Y no puedo culminar la nota, sin mostrarles algo de la  música del Príncipe, y LA COCINA, queda para cuando Willy gane el juicio.






Agradezco sus opiniones

Sandra Gutiérrez Alvez

Comentarios

  1. No puedo entender las razones de esta señora, la memoria de nuestros padres y las cosas que hicieron, pensaron y por las cuales lucharon deben ser respetadas y homenajeadas.
    Vaya, me he quedado helada de tamaña injusticia.

    Muchos abrazos Sandra, seguro tu niña será una señorita noble y una gran mujer como vos.

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  2. Es realmente penoso leer una noticia así. Sobre todo cuando parece lo que se iba a proyecta hubieras sido en contra de la voluntad del citado señor. Espero que tenga algún arreglo.
    Un saludo afectuoso.

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  3. Uy... Sinceramente no entiendo los motivos de la hija... Pero ante todo debería estar conciente de que su padre fue admirado y respetado por muchas personas, y eso ella nunca podra borrarlo de sus mentes... Me parece que quiere sus 15 minutos de fama.

    Besos Bella!

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  4. Sandra, lo has expresado divinamente, y estoy totalmente de acuerdo contigo y con las tres cosas que pides, como artista, como espectadora y como ciudadana, sí señora: los hijos han de respetar lo que han hecho sus padres, -les guste o no-, y especialmente una vez muertos; las películas, deben poder exhibirse libremente en las pantallas, y en este sentido, ojalá que pronto podais ver La Cocina y podais gozar del flim y de tan fenomenal cantautor como es Gustavo Pena; y, como ciudadana, -cuanto menos- que se haga justicia y que esa justicia no se eternice, pues la lentitud en la resolución de los conflictos judiciales, es ya en sí también una injusticia.

    Un besote, ya sabes, de los gordos

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  5. Entré para votar por ti en ese blog que me enviaste y desde allí a este pero la verdad no se si mi voto quedó o no T-T supongo que si, un abrazo.

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  6. Veremos si se hace realmente buena justicia con este caso insólito; digno para otra película.
    Te dejo un cordial saludo desde Alemania.

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  7. Fui amigo de Gustavo desde la adolescencia y respeto mucho más el derecho de E-liu (su hija) a querer cuidar la imagen y memoria de su padre,que el derecho de tantos indignados espectadores que hoy se quejan de la censura de este documental pero que cuando el Principe vivía no gastaban un peso para ver un recital de él.

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  8. Incal: ¿Qué tiene que ver eso conmigo, que vivo en Buenos Aires, que me enteré de la existencia del Príncipe hace relativamente poco y que quiero poder acercarme a su figura a través de la película? ¿O es una venganza de parte tuya y de la hija del Príncipe? Como ustedes no llegaron a conocerlo ahora se joden y voy a poner todos los obstáculos posibles para que no puedan verlo ni siquiera a través de una película. ¿De eso se trata? ¿Vos fuiste amigo del Príncipe? ¿Coincidís con que estaba disminuído psíquica y físicamente? ¿esa clase de amigos tenía el Príncipe?

    El respeto a la hija por ser sólo la hija no tiene sentido alguno. ¿Qué imagen tiene que cuidar si el padre consciente de sus actos se predispuso a charlar frente a la cámara? ¿Qué imagen? ¿Me querés decir Incal?

    Buena crónica Sandra!
    Saludos.
    Maxi.

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  9. anónimo que firma Maxi:
    puedo aceptar que estes en desacuerdo con la actitud de la hija del Principe y con mi apoyo a E-liu respecto a este documental.
    Lo que si no acepto son especulaciones del estilo :¿O es una venganza de parte tuya y de la hija del Príncipe? o ¿esa clase de amigos tenía el Príncipe?.

    Cuando Gustavo gozaba de buena salud nadie lo filmo y ni siquiera se le acercaban para escucharlo.Era bastante común que cuando el tocaba en algun boliche muchos que hoy lo elogian desmesuradamente no se detenian a prestarle atencion o directamente lo ninguneaban. Pero siempre hubo amigos que lo sostuvimos,alentamos y difundimos la obra de él.
    Porque en eso estoy totalmente de acuerdo contigo:no por unos pocos idiotas que no valoraron su obra genial otros muchos puedan quedar imposibilitados de conocerlo.
    Pero ,justamente para conocer la obra del Principe,que es lo mas importante ,E-liu saco un disco interpretando algunas de las canciones
    El disco es excelente.
    En mi opinion hay algo de soberbia e ignorancia de tu parte al preguntar que clase de amigos tenia el Principe.
    Respecto a que "El respeto a la hija por ser sólo la hija no tiene sentido alguno"y "¿Qué imagen tiene que cuidar?" habla de distintos valores:para muchos uruguayos la "cholulez"porteña y falta de respeto tampoco tiene sentido.
    Por suerte esta la música del Principe que es lo que realmente importa y perdurara más que discusiones idiotas como esta.

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  10. Incal:

    No fue mi intención ser soberbio, pero realmente creo que cuando alguien dice que El Principe estaba disminuído psíquica y físicamente es de una subestimación enorme hacia él, venga de quien venga. Yo no puedo aceptar el hecho de que por estar machacado físicamente creamos que no estaba en sus cabales como para decidir si quería ser filmado o no, si estaba siendo utilizado o no, si se le acercaban por interés o no... es decir: me parece que podía dilucidar perfectamente lo que estaba sucediendo. Si pensamos otra cosa es subestimarlo, y eso es mucho peor que cualquier acercamiento tardío por interés (en el caso de que Willy Villalobos se hubiera acercado por interés, cosa que no creo).

    Ahora: lo que me parece mucho peor es que la persona que dice eso sea la hija y que los amigos lo dejen pasar como si fuese algo sin trascendecia, a eso me refería cuando hablaba de los amigos. No quise hacer un juicio de valor respecto de nadie. Pero me parece que poner eso sobre la mesa es ir a fondo en la discusión. No es una discusión idiota.

    Cuando me refiero a que ese respeto no tiene sentido alguno, hablo de eso: Eli-U diciendo lo que dice del padre no lo está cuidando, ahí me parece que hay una falta de respeto de la que quizá no se está dando cuenta, en vez de cuidar al padre lo deja como un tonto diciendo "disminuído psíquica y físicamente".

    Además la obra del Príncipe es tan inmensa que lo que se necesita es escucharla de primera mano. A mi mucho lo que hizo ella en Creo en los elefantes no me gutó, es cuestión de gustos, ahí no me meto, pero me parece que la mejor forma de conocer la obra del Príncipe es a través de él mismo, y con la censura a la película es una oportunidad perdida para poder acercarnos a él. Lo lamento verdaderamente.

    Respecto de lo de la venganza tomalo como un licencia, lo que quiero decir es que por el hecho de que nadie lo ayudó en vida, no pueden meter a todos adentro de la misma bolsa.

    Y no metas a los porteños en esto porque yo vivo en Bs As pero no nací acá, así que porteño no soy.En esta no tienen nada que ver.

    Maxi.

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  11. Cuando el Príncipe no gozaba de buena salud, estaba muy solo y Willy Villalobos lo acompañó en esos momentos, que el Príncipe supo agradecerle. La película fue un buen pretexto que encontraron los dos amigos, Gustavo y Willy, para compartir esos momentos en los que la que ahora dice "cuidar" su imagen no aparecía. Tuve la suerte de ver el material en crudo de la película, unas diez horas, en las que la alegría y la integridad espiritual del Príncipe es tan contagiosa que uno no puede creer que esté enfermo. El Príncipe, en esas grabaciones, retenía a Willy, para que se quedara un rato más junto a él, mostrándole sus tesoros escondidos: una compu en la que el Príncipe guardaba cientos de canciones inéditas. Gustavo le hace escuchar una, y otra, y otra y goza como un niño cantando arriba de las grabaciones y "dirigiendo la orquesta". En esa filmación Gustavo se muestra como un verdadero príncipe de la realeza artística.

    Lástima su descendencia.

    Creo que la que debe andar un poco disminuida es esta piba que no quiere que el mundo conozca a su padre sino es a través de los discos que ella vende. La película está hecha sin fines de lucro y en ella puede verse un momento donde el Príncipe dice, refiriéndose a Eliu Pena: "mi hija piensa que yo soy un ridículo". Parece que el Príncipe tenía razón, que ella se avergüenza del padre. Y que esa vergüenza la disfraza de "cuidar su imagen". Creo que lo único que está cuidando es su propio... cubículo.

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