Sobre Verdades y Educación (Parte I)
![]() |
foto: www.theeconomyjournal.com |
Nota de opinión por Sandra Gutiérrez Alvez
Los cambios políticos y la incidencia de la educación en el desarrollo democrático.
Todo cambia. La política es un
"lenguaje" móvil, no olvidemos que es una rama de la moral, o
debería serlo, pues desde ese árbol se origina y su función primordial es
ordenar y buscar el bien para los ciudadanos, no para quienes la ejecutan; pero como en esta época la moral ha
transgredido toda barrera, como la ética es para muchos un cuento pasado, la política y sus operantes han sido
arrastrados por ese otro lenguaje que evoluciona o involuciona con el tiempo,
cuya gamas de grises se ha tornado infinita. Siento que ya no podemos hablar de
izquierdas y derechas en el mundo, hay mezclas que hacen a otras puntas, y
aunque no soy experta en política cualquier ciudadano pensante puede divisar un
panorama tornasolado, un arcoíris que hasta incluye al negro y al blanco, una
nueva forma de hacer política quizá al desnudo, sin importarles en absoluto que
los vean desnudos y sepan sus estrategias, un regodeo sobre la falta de moral
asqueroso, una prostitución del acto político que se viene haciendo en plena
calle a vistas de todos, el poder en manos de clases cuando hay conciencia de
que el pueblo debería tenerlo. Quizá los historiadores y politólogos puedan
calificarlas y clasificarlas hoy o en el futuro, claro que mucho mejor que lo que
puede hacerlo una simple ciudadana que no siempre ejerce, por derecho o por
dignidad, pero que opina cuando desea porque conoce que es su derecho.
Hoy pasa todo muy rápido en todo el planeta, lo que
hoy es una cosa mañana será otra, se cambian los aliados y los bandos, se
espían entre ellos, se trasmutan, se deja todo al descubierto y el lenguaje
continúa mutando. Un lenguaje que hacemos entre todos, no solo los líderes
mundiales son los responsables del estado del mundo, la humanidad en general,
de alguna forma contribuye desde la ignorancia, la apatía, la neutralidad, la
idolatría, la inocencia, la complicidad o la comodidad y el celo desmedido por
la ideología, la religión o la búsqueda de placeres y posesiones que pueden ser
la trampa mortal, desde la ceguera ante la vida y la realidad, todos somos
cómplices porque dormimos en un sistema que nos tiene como esclavos y pocos
pueden verlo.
Estamos viviendo un tiempo de transformación, hay que
aceptarlo, debemos ver los modelos políticos antiguos como lo que son, parte
del pasado, no podemos seguir añorando las antiguas utopías, debemos sacarnos
las vendas para dejar de ver en blanco y negro. Hay muchos grises, hay miles de
colores, colores nuevos que aparecen en todo el mundo con distintas formas y
denominaciones, colores que lideran conjuntos de hombres y mujeres con la intención de cambiar, distribuir,
equiparar o compartir, buscando el bien
de la humanidad, la libertad a través del conocimiento y las oportunidades. Líderes
que nacen como botones de esperanza en
medio de este mundo apocalíptico. ¡Ojo! Porque también entre esa gama pueden
venir espinas con el solo hecho de dominar y despojar de libertades, todo es
posible porque el deseo de poder del humano es insaciable.
Pero nosotros, los ciudadanos comunes, los mortales,
hemos olvidado la vida, estamos absorbidos por el deseo de poseer y en ese
camino desplazamos a nuestros semejantes dominados por la competitividad,
olvidamos que los recursos son finitos y que todos necesitamos de ellos, nadie
necesita tres empleos para luego perder la familia o la vida, por vivir tantas horas como máquina y no como
humano. Ninguna nación necesita obreros
que dejen su salud y su futuro a cambio de trabajar en industrias o empleos que
atenten contra su integridad física, moral o psicológica, ninguna nación
debería necesitar ejércitos entrenados para eliminar todo lo que se les
presente en frente, y ningún pueblo puede reverenciar una idea que no le
favorezca mucho más cuando posee los resultados a la vista. Pero todo esto sucede ante nuestros ojos.
Mientras
sigamos convencidos que los griegos
inventaron el polvo mágico para gobernar el mundo y nos sentemos a
esperar que cierta clase haga todo bien
mientras nosotros miramos, sin chistar, estaremos fulminados y nunca saldremos
de la involución. Recordemos que el damero de nuestra mente a veces divide solo
en blancos y negros olvidando los grises. La democracia es una pastilla de vida,
pero la implementación de ella debe ser completa y sin dudas que en el mundo ha
ido perdiendo el espíritu de repartir el
poder con la participación y la convicción de ciudadanos instruidos y conscientes,
no cegados por bandos y colores.
Algunos pueblos son liderados por hombres o mujeres con buenas intenciones, que más allá de sus fallas tienen grandes aciertos y han podido cambiar los paradigmas de sistema que todos teníamos, pero siguen siendo casos aislados que no pueden ganarle a grandes imperios y las necesidades se vuelven muchas cuando el mundo brilla fuera…
Está claro que clase política fue "evolucionando" y en casi todo el
mundo se fue tornando en una clase con
aroma monárquico, que comprende familias que más aquí o más allá se reparten el
poder. Clase poseedora de poderes casi mágicos que la salvan de toda dificultad
en la vida real, poseedora de las tierras, las industrias, los contactos, los
contribuyentes millonarios, las cuentas bancarias abultadas y el derecho a
adquirir el mejor conocimiento, el mejor estilo de vida, los mejores empleos, derechos
y posesiones que se amplían a gobernantes a sus familias extendidas, privilegios
a los que algunos opositores aspiran, al punto de convertirse en hábiles
demagogos con el ánimo de alcanzar el poder. Toda la sociedad se ha ido empobreciendo
y perdiendo educación, por lo que Bourdieu llama “el derrumbe de las
solidaridades elementales” a causa de las políticas neoliberales en el mundo
entero. Pero esto no sucede solo en los países democráticos neoliberales, también
en la pseudo-democracias de izquierda y por su puesto en todas las dictaduras,
en los regímenes monárquicos opresores de todo tipo. Imaginemos cuántos humanos
viven vidas oprimidas, negados de sus derechos fundamentales alrededor del mundo, en una época en que nos
decimos que es la más adelantada de la historia de la humanidad. Da para
pensar. Da para ponerse a encontrar una solución y la más rápida es educar.
Tantas veces luego de la muerte de un líder, hipócritas y locos se prenden al poder solo por ambición y no por convicción de participar sinceramente de esa rama de la moral, no para favorecer a su pueblo sino más bien para enaltecer sus egos o sus fanatismos. Luego viene el vacío, la división del poder, la guerra y el sueño del líder muerto rueda por el suelo. Lo más lamentable es que ya no estamos en tiempos de Alejandro y sus sucesores y que todo esto podría ser previsto, pero vendrán muchos "Antíocoss" más poderosos y suspicaces que aquellos con el fin de arrebatar los preciados tesoros de la gente, porque de eso se trata, de poseer los bienes del pueblo, lo mismo que en la antigüedad, luego de la guerra, frente a los cadáveres se repartían el botín. Ahora se reparten el botín delante de nosotros, mientras nos miran a los ojos y nos mienten. Todo esto es lamentablemente pero real, las historias se repite.
Y no me canso de citar las palabras de San Agustín, a las que también se afiliaba el maestro Sábato en su libro Antes del fin: "el corazón del hombre, en todas las épocas ha sido habitado por los mismos atributos" buenos y malos, es siempre el mismo corazón el de ahora que el de antes, solo habrá que educarlo para que no saque la bestia que lleva dentro. Pero el tema de la educación es fundamental en una sociedad y querer recortar cada vez más la participación de los estudiantes y profesores de los consejos de las instituciones es atacar contra el ejercicio de la democracia, porque se está matando al ciudadano desde sus inicios, se le está quitando poder y deseo de participación, se le enseña a obedecer a una clase gobernante sin derecho a réplica, se le marca un camino del que no puede salirse y eso huele feo, huele a autoritarismo y abuso del poder.
Y recordemos, que si no hay educación democrática, ni
conciencia, seremos esclavos de las clases que quieran dominarnos, porque bajo
el ala de un mortal que nos subyugue, siempre seremos prisioneros de la muerte.
* Esta nota es una serie de 3 que iré presentando, como opinión personal, sobre, verdades, creencias y educación. El comienzo, la opinión política se basa en otra nota que escribí en este mismo blog hace un año atrás.
Agradezco la lectura
Un bravo por tu entrada Saludos desde Miami
ResponderEliminar